octubre 29, 2006

Cuento de Halloween

Miseria
Por Víctor López Jaramillo

“Soy tu miseria”, dijo simplemente. Era el final del diálogo. No contesté más. ¿Qué podía hacer ante frase tan contundente? Nada. Sólo permanecer aturdido. Y callar, que es lo mejor en estos caso, supongo.

Octubre fenecía y yo con él. El frío se colaba hasta los huesos y me provocaba un leve temblor. O quizá era el miedo. No supe que hacer. Correr era inútil. Gritar o llorar también. Ni culparla a ella. Sólo cumplía su misión. A donde fuera, me encontraría, tarde o temprano. Hay encuentros inevitables y este era uno. Supe entonces que los viejos tenían razón: uno se forja su destino. Y yo tenía que asumirlo. Tarde o temprano pasaría. Cuando se es joven, pensamos que la vida es eterna y nunca nada malo pasará. O que todo es efímero y por tanto el destino fatal nuca llegará. Pero había llegado.

Y allí estaba ella. Su rostro demacrado resaltaba sus grandes ojeras. Su cabello largo y terriblemente descuidado. Deprimentemente pálida. Frágil como el rezo de una anciana pero fuerte como el sino inevitable.
No me podía mover. Nuevamente por mi dañado cerebro pasó la idea de la fuga. Pero ¿a dónde? No despegaba la vista del suelo. Daba miedo verla. Maldije las veces que tanto me reí de ella. Nunca supuse que llegaría tan pronto. Yo, tan joven y con tanto futuro delante, hoy, con el frío otoñal como única sensación, me sentía viejo y acabado.

Ahogado por la rabia, que se fundía con unas lágrimas impertinentes,
intenté hacer una negociación con ella. Finalmente desistí. Ella nunca había sido derrotada. Invicta por siempre. Quise a volver a ser niño para tener otra vida por delante. En realidad sólo quería huir pero no existía lugar físico donde pudiera escapar de esta situación. Era algo más allá de este mundo y súbitamente recordé la paz de los sepulcros. La leve neblina que a altas horas de la madrugada comienza a aflorar, daba un aspecto aún más tétrico a la situación, de por sí ya escalofriante.

“Es el fin”, me dije para mis adentros, en un intento vano de consolación. Tantos proyectos quedarían ahogados, tantos sueños inconclusos, tantos... en fin, era el fin.

Allí seguía ella. Parecía seguir mis pensamientos y quizá llegó a sentir mi tristeza que bien podría ser en ese momento la mayor tristeza en el mundo. Era el fin.

Su voz martilleaba mi cerebro. “Soy tu miseria”. Su voz tenía un acento tan tenebroso como el frío que rodeaba mi piel. Intenté reconstruir mentalmente el diálogo para buscar una solución pero no encontraba salida. Sus frases eran simples y directas, las necesarias para estos casos.
Con una mezcla de resignación y tristeza la miré a los ojos. Sus ojos que alguna vez llegué a pensar que eran dulces, hoy me parecían más profundos que una noche anclada en el infierno. En sus ojos se presagiaba el fin. Fija su vista en mí, yo era su víctima. Una víctima más de la noche. ¿Por qué habré amado tanto la noche? A estas alturas ya ni del amor me acordaba. Sólo esta maldita sensación cuando el tiempo se agota y no hay salida.

Estaba atrapado entre el frío, el miedo, la angustia y el temor de la clemencia negada. Ella, inamovible, sin apartar su vista, sus ojeras eran aún más notorias que hacía unos minutos, su rostro petrificado, quizá también triste, contagiada ya de mi tristeza, repetía las frases que provocaron mi terror: “Estoy embarazada. Te tienes que casar conmigo”.

octubre 23, 2006

Sobre poesía

Los pájaros también se van al infierno
Víctor López Jaramillo
¿Para qué sirve la poesía en el nuevo milenio? ¿Para qué continuar con la renovación de la palabra? ¿Para que buscar adjetivos posesivos que arañen la razón? Mil dudas cómo estas nos asaltan es este pragmático mundo moderno donde la eficacia y los discursos sobre calidad total inhiben la audacia del pensamiento, la tentación de sentir, la vocación de ser héroes al menos por una vez.
Quizá tengan razón los que dicen que la poesía no sirve para nada. Quizá. Pero quienes afirman eso, olvidan que por increíble que parezca, la poesía salva, vivifica, nos devuelve nuestra condición humana. Nos hace pensar que un tigre se aparece por la zona rosa o recordar con letras un rostro que en la memoria ha naufragado ya hace tiempo.
¿Qué es un poeta en el nuevo siglo? Es un vagabundo de la luna, es alguien que juega en medio de nubes de sueños y algodón, es el centro delantero que marca un gol sin portería, un arquitecto que construye sin estructuras.
¿Para qué hablar de poesía en esta tarde noche de escasa luna? La razón que nos convoca es la presencia de Indran Amirthanayagam y la presentación de su libro “El infierno de los pájaros”.
Antes que nada, la poesía de Indran no se convierte en discurso ante el espejo, es poesía de un habitante de una sociedad multicultural que ha sabido integrar todos los elementos de los lugares en que ha residido. Convierte a la poesía en un elemento unificador que supera cualquier frontera cultural o étnica.
Ahora que todo parece originario de ningún lugar, que vivimos en un mundo completamente aséptico y donde el mejor lugar para vivir es el centro comercial, Indran trasgrede con su poesía a los panegíricos del neoliberalismo y la globalización y escribe en una lengua que no es la dominante en este agringado mundo, para hablarnos de situaciones que pueden suceder en cualquier sitio del mundo sin necesidad de que pasen en MacDonalds.
Indran es originario de Sri Lanka (Ceilán) y el español viene a ser su tercera lengua. Paradojas de la globalización, esta poesía no es traducción, el autor se ha atrevido a crear en un idioma que le era ajeno y el resultado es admirable. Su voz no parece ajena a nuestra idiosincrasia, al contrario, con nuevos ojos penetra en la cotidianeidad y nos devuelve esa capacidad de asombro que, en aras de la productividad, la habíamos guardado en la agenda de las cosas sin importancia.
Así, de pronto nos vemos transportados a una banca de un jardín de pueblo y vemos como pasa su parsimoniosa vida y sin que pase nada, todo ha pasado ya.
Dice el poeta:
Esta serenidad del pueblo
Donde el árbol ha crecido
Desde hace siglos en el zócalo
Ahí la municipalidad brilla
En su edificio colonial, el amanuense
Escribe en su despacho, y la única
Familia de abogados celebra
El nacimiento de su último licenciado...

También asistimos a la metamorfosis de la Zona Rosa que se convierte en jungla o al naufragio de la memoria y las metáforas que arroja entre recuerdos que lanza para intentar salvarse. Su canto es desgarrado pero no quimérico, son perlas oscuras productos del dolor que en cualquier momento estallan, en tanto, están latentes escupiendo letras.
Dicen que hasta en el infierno hay que tener amigos, después de leer a Indran, me he dado cuenta que su poesía ha pasado más de una noche en ese lugar rodeado de pájaros nocturnos y peces de sal. Al menos se que cuando vaya para allá, encontraré poesía para hacer mas confortable mi estancia.

octubre 11, 2006

Caricatura

En la república de la caricatura política

“La caricatura política es inseparable del periodismo, si no es que de la historia".

Elena Poniatowska, escritora

Víctor López Jaramillo

I

En 1903, en el México del Porfiriato, una caricatura en donde se hacia mofa del dictador Díaz, publicada en el periódico el Nieto del Ahuizote, provocó que los directivos, entre los que destacaban los hermanos Flores Magón, tuvieran la dicha de pasar unos días en la cárcel, cortesía del primer mandatario de la nación.

En 1972, en el México del Priato, en un programa de Televisión, Manuel Valdés, que por algo lo apodan “El Loco”, tuvo la ocurrencia de soltar la siguiente broma: “¿Cuál fue el primer presidente bombero? Bomberito Juárez”, lo cual le acarreó una fuerte multa por parte de la Secretaría de Gobernación y su exilio de la TV por algunos años.

¿Qué tienen en común estos dos episodios? Pues que se conjuga la risa con la política. La carcajada puede provocar en un político más daño que un desafuero. Y no porque altere su estatus como gobernante, sino porque va directamente a donde más duele a dichos personajes públicos: al orgullo.

¿Condenar la risa? Imposible, aunque haya habido intentos y hasta discusiones filosóficas sobre su valor, como la que se trata en un capítulo de la célebre novela “El nombre de la rosa” del italiano Umberto Eco, en donde en el ficticio segundo tomo de la Poética de Aristóteles, en cual se hace apología de la risa, provoca la muerte a todo aquel que osa leer sus páginas gracias a un potente veneno alojado en las esquinas de éstas.

¿Veneno? Esa es la palabra que andaba buscando. La caricatura política, al ser una conjunción entre risa y política, es un peligroso veneno contra el dogmatismo político y la versión de los poderosos. Es la humilde venganza de los que padecemos los desvaríos de los que dicen llevar las riendas de la nación.

Es la chispa de la inteligencia que arranca una sonrisa a costa de los desvaríos de aquellos que se sienten dueños del país, estado o municipio.

II

Hace tres años, en una entrevista para La Jornada, el caricaturista, o monero mejor dicho, El Fisgón, menos conocido como Rafael Barajas, dijo que “'para poder hacer un mejor periodismo en el siglo XXI necesitamos entender bien el periodismo del siglo XIX”. Surge la pregunta: ¿Y como era el periodismo del siglo XIX? El mismo Fisgón responde. “Aquel era un periodismo de debate, doctrinario, que construyó este país”.

El México del siglo XIX fue convulso, rehén de las facciones políticas que ante una nación que no acababa de forjarse y un estado inacabado, parecía condenado a ser absorbido por su vecino del norte o por una potencia europea.

Sin embargo, en medio de ese oscuro horizonte, muchas de las mentes más brillantes del XIX encontraron una luz en el periodismo, que se convirtió en la vía de propagar su pensamiento y discutir en el foro público de la naciente patria sus ideas.

Momentos cumbres de la prensa mexicana se dan justamente en el periodo de la Guerra de Reforma y durante la Intervención Francesa, en donde las simples páginas de un periódico se convirtieron en focos de resistencia y punto de partida de la causa republicana.

Y en este contexto no debemos olvidar el rol que jugó en este mundo de ideas plasmadas en papel la caricatura política, que a la par que declinaba la libertad de imprenta en el país durante el Porfiriato, tiene sus momentos más luminosos en las paginas del Nieto del Ahuizote, como ya mencionamos al inicio.

III

En el 2003, en el México de Foxilandia, arribó a la alcaldía de San José Iturbide un político de viejo cuño llamado Javier de la Vega. De inmediato, El Reloj, como todo periódico que se respete, lo tomó como inspiración de sus caricaturas.

Sin embargo, aunque a De la Vega no le faltaron ganas de emular a Porfirio Díaz, el director Héctor Martínez no disfrutó los placeres de una fría noche en la cárcel ni el periódico fue cerrado, tal y como nos lo había prometido el alcalde.

Y así, gracias a los desvaríos de la administración municipal que facilitaban el trabajo del monero de El Reloj, cada miércoles nació una nueva tradición en San José Iturbide. Ver en la página tres ó cuatro el nuevo mono, que se convirtió el más fiel reflejo del nivel que había alcanzado la política en nuestro municipio e incluso en el país: una caricatura.


octubre 05, 2006

De mi archivo muerto (Cada otoño es lo mismo)


Vacío
Víctor López Jaramillo
Hoy desperté con un sentimiento de vacío. No triste ni melancólico, simplemente vacío.
Como si en la travesía de la noche algo se hubiera caído de mi barco para perderse irremediablemente en ese mar oscuro y yo no atinara a rescatarlo y me resignara a contemplar su hundimiento.
Quiero pensar que estoy triste pero no puedo. Si quisiera llorar mis lágrimas se pondrían en huelga. Intento reír a carcajadas pero todo es amargo.
En mi temprana adolescencia me fascinaban estos días de otoño, el Halloween y los Días de Muertos.
Hoy, apenas si son días diferentes del resto y los más distintivo es el cambio de horario y que las tardes son más del color del Zempatzuchitl (¿así se escribe?) que en esos días de verano en que la vida y el día parecen eternos.
He perdido algo y no se qué es.
Es como si todas mis emociones me hubiesen abandonado en una isla y yo resignadamente lo aceptara.
En la mañana salí a correr más con el objetivo de agotarme, desahogarme, gritar algo mientras voy en la orilla de esa carretera cerrada que está cerca de mi casa.
Sin embargo, no pude.
Troté y troté. De mi garganta no salió nada. Me limpiaba el sudor mientras espantaba a los perros del camino y llegaba al final.
Llegué a mi casa no muy agitado, al menos voy recuperando mi condición física tras una semana infernal de spining.
Sin embargo el vacío sigue.
Es como un hoyo negro interior que me devora poco a poco. Que no tiene centro de gravedad fijo pero absorbe todo.
Y es ese el problema. No hay un centro de gravedad que justifique este aturdimiento.
Quiero pensar que es la ausencia de Ella pero sé que sólo sería un pretexto.
Quiero pensar que es mi soledad acumulada pero sé que sólo sería un pretexto.
Quiero pensar que son los fantasmas de mis amores frustrados pero sé que sólo sería un pretexto.
Quiero pensar que es producto de mi situación laboral que no es halagadora pero sé que sólo sería un pretexto.
Y así me encuentro hoy, apenas inmóvil, sin motivo aparente para haber dejado de soñar dormido.
Aunque mis últimos sueños no han sido precisamente agradables, sólo me arrojan al puerto de la mañana lleno de dudas.
Un día sueño que estoy al final de un lúgubre camino con una cabra, una cobra y un león negro, o la sueño a Ella, que está triste, sentada en una escalera y sólo me mira sin decir nada, o sueño una diosa que no acepta mis rezos.
Como una diosa que no acepta mis rezos.
Como si un dios arrogante me hubiera condenado a un exilio de mi mismo. A no saber explicarme ni entender que siento. A creer de repente que nada ha existido pero las cicatrices se hacen más grandes.
Miro atrás y sólo veo cadáveres cubiertos de sal, algunas estatuas de cenizas y un cielo eternamente anaranjado.
No tengo ganas de elegir entre el olvido y la memoria como dice la canción, no sabría que escoger.
Hoy apenas me siento como una nube que no llovió o como el viajero que se equivocó de autobús y no sabe si bajarse o no.
Tengo la duda del legionario romano que se pregunta si conquistar el mundo sirve para algo, que duda en seguir peleando o sólo protegerse tras su escudo de las flechas de los bárbaros que atacan sin misericordia al invasor.
En fin, que ahora tengo delante de mi un montón de notas por corregir y una portada que diseñar y sólo atino a escribir esto y mirar por internet los escarceos electorales del Yunque vs Peje.
Chau y suerte y que el legionario empuñe su gladio y siga luchando como siempre, que vuelva a casa con su escudo o sobre él, como solían decir las antiguas madres espartanas.
Imagen tomada de http://groundglass.ca/archives/2004/01/30/emptiness.php

septiembre 29, 2006

Más poesía


Otro poema de mi autoría
Recoger los restos...

Víctor López Jaramillo




Sólo queda recoger los restos
e intentar recomenzar.
El tiempo se nos resbaló entre las manos.
Sólo mirar y caer en los escombros,
la sensación de polvo viejo arrinconado.
Ya poco queda.
Sólo lo que no fue.

No queda más que una luna rota
sonidos desgastados
y la desvestida añoranza.
Fantasías de un viejo amor
en un cuerpo lejano,
confusión,
sólo polvo arrinconado ¿olvidado?
Imagen tomada de www.ciudadmexico.com.mx/sitios/templomayor.htm

septiembre 25, 2006

Sobre peceras y recuerdos

Más literatura
Escamas
Víctor López Jaramillo
Si cada recuerdo fuera una escama, los seres humanos serían una especie de peces impenetrables,
invulnerables gracias a su pasado. Pero el pasado más que herir, pesa y algunos acaban ahogándose en ese océano, del tamaño de una pecera, que los que se sienten sabios llaman vida.

Al menos eso pensó Rocío mientras veía al pez anaranjado dar varias vueltas sin rumbo ni destino dentro de su pequeña pecera de cristal, al cual, por influencia de su pequeña hija, había bautizado como Nemo.

Para ella era el pez sin escamas, sin pasado ni futuro, ni vida ni océano, que nunca sería libre, pero que en su bolita de cristal ignoraba todo y era feliz golpeando sus aletas vírgenes de sal de mar contra su pecera-prisión.

Y como el grito del presente carece de esas cosas del pasado y el porvenir, alzó la voz para regañar a la pobre Camila que quería sacar al pez sin felicidad ni tristeza de la pecera para enseñarlo a volar, para demostrar que al menos la evolución es posible en tres segundos si vives sin pasado ni futuro.

Pero Camila ya no estaba, en algún momento se había esfumado sin dejar rastro, sólo Nemo continuaba con sus estériles vueltas.

Y Rocío seguía con sus escapes inútiles de la nada, sólo mirar la carencia de tristeza o felicidad del pez la consolaba. O quizá le causaba envidia.

Rocío quería vivir sin pasado ni futuro pero el peso de las escamas acabó hundiéndola.
Imagen tomada de static.flickr.com/44/116425805_f7d47b7328_m.jpg

septiembre 24, 2006

Confesiones de un Mapache

Los mapaches casi se extinguen en el 2000. Al parecer, en 2006 volvieron por sus fueros. Un ex mapache narra sus aventuras.

septiembre 23, 2006

Mapache Simpsons

Un adelanto sobre los mapaches...

septiembre 22, 2006

Otro poema

Una negación
Víctor López Jaramillo

Sigo viviendo entre el perfume
de esa flor amargada, resentida
no aceptando nada,
sólo dando negaciones.
Hundiéndome entre ojos
alejados, secos como vela,
tratando de alcanzar
un lejano aliento,
una voz.

Alejándome,
aferrándome a la lluvia
que cae leve entre mis manos
como mi tiempo desperdiciado.

septiembre 20, 2006

Gris


La ciudad sigue gris. El cielo sigue gris. ¿Y el país? Estrenando presidentes. Uno en la Femexfut. Otro en el Zócalo y otro que dicen que ganó una elección. Ah, y ya teníamos un presidente que gobernaba la república del prozac, pero en realidad quien mandaba era su mujer.

Gota por gota, aguacero por aguacero, este país va como náufrago en alta mar, con un capitán cuyo ejemplo a seguir es quien llevó al Titanic a convertirse en historia. ¿Cuándo nos toparemos con el iceberg final?

¿O ya nos hundimos?

Sólo sé que vivimos tiempos confusos y, citando a Fito Páez, en donde nadie escucha a nadie. Me sorprende que gracias a sus recientes coberturas radiofónicas algunos pejistas consideren a Jacobo Zabludowsky un paladín de la libertad de expresión, cuando él fue el vocero oficial del Priato. "Un salivoso", lo llamó el fundador de Proceso, Julio Scherer y Molotov le dedicó una linda canción a su labor periodística hecha en su noticiario 24 horas.

Y me sorprende más que en el Zócalo llamen a Cuauhtémoc Cárdenas traidor. ¿Traidor a que? Él nunca apoyó a AMLO, siempre hizo públicas sus diferencias políticas con él. Siempre dijo que AMLO no era de izquierda. Criticó en su momento a los personajes salinistas que acompañaron al Peje. Hoy sigue diciendo lo mismo. Sin embargo, de acuerdo a sus declaraciones, Cárdenas votó por AMLO.

Y el subcomandante Marcos igual. Lleva años descalificando la vía electoral, entonces no hay contradicción en su discurso.

Y luego está Manuel Bartlett. El artífice del fraude del 88. Ahora es un gran defensor de la causa. ¿Qué sigue? ¿Le harán un monumento en el Zócalo por defender la democracia?

Todo esto me recuerda el tango Cambalache:

"¡Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho que traidor!...
¡Ignorante, sabio o chorro,
generoso o estafador!
¡Todo es igual!
¡Nada es mejor!
¡Lo mismo un burro
que un gran profesor
!No hay aplazaos
ni escalafón,
los inmorales
nos han igualao.
Si uno vive en la impostura
y otro roba en su ambición,
¡da lo mismo que sea cura,
colchonero, rey de bastos,
caradura o polizón!...
¡Qué falta de respeto, qué atropello
a la razón!
¡Cualquiera es un señor!
¡Cualquiera es un ladrón!
Mezclao con Stavisky va Don Boscoy
"La Mignón",Don Chicho y Napoleón,
Carnera y San Martín...
Igual que en la vidriera irrespetuosa
de los cambalaches
se ha mezclao la vida,
y herida por un sable sin remaches
ves llorar la Biblia
contra un calefón...

septiembre 17, 2006

¡Viva la mediocridad!

Patética la ceremonia del Grito encabezada por el marido de Martha Sahagún, un tal Vicente. El Estado Mayor Presidencial literalmente secuestró la ceremonia en Dolores Hidalgo y bajo la protección de las vallas metálicas, el presidente pudo dar su gritito.
Pero lo más patético fueron los conductores de la ceremonia para televisión . En Azteca 13 fueron los peores. Una lectora de noticias, me niego a llamarla periodista, dijo la siguente estupidez: en 1810 empezó la lucha por nuestra independencia y la democracia.
¿Democracia? Se nota de inmediato que traían línea de Presidencia porque cualquier persona medianamente informada sabe que Hidalgo no buscaba la democracia. Incluso, en ese mítico grito del 16 de septiembre de 1810, una de sus arengas fue "Viva Fernando VII", sucesor del rey de España, imperio en decadencia que Napoleón Bonaparte había tomado por asalto. Por tanto, Hidalgo se pronunciaba por una monarquía, no por la democracia, y mucho menos una democracia como la que entiende el marido de la señora Martha, en donde sólo pueden acceder al poder los que no son un peligro para México, whatever that means.
Pero eso no fue todo. Cuando el esposo de Martha salió de la casa de Miguel Hidalgo para dirigirse a la parroquia, un barbero locutor dijo: está haciendo el mismo recorrido que el padre de la patria, este es un momento histórico. Vaya estúpidez, ahora resulta que Fox es el nuevo padre de la patria. ¡Pues que patria tan jodida!

septiembre 15, 2006

pinche lluvia

¿Y como sabe un naufrago en lo que se convertirá antes de lanzarse a la mar, a la vida, a la chingada?

Unos poemas

Gotas
Víctor López Jaramillo
I
En la extensa quietud
de la noche
quisiera llorar
dejar en la lluvia mis pedazos
que ya no quiero.
Simplemente no puedo.


II
A Chely
Cuando la lluvia termine
arrancarás tus sueños mojados
ayeres húmedos y lágrimas secas
mirarás sólo las nubes
y volverás a llover.


III
Con una de tus cenizas
armé un sueño,
te bañé entre rosas mutiladas
y me refugié en la sombra del ala del desconsuelo.
En tanto,
mi soledad acariciada
por el frío me dijo:-...

Dia de la independencia

Para cantar este día de lluvia y festejos patrios. Es de Attaque 77

Perfección (rentato ruso)

Vamos a celebrar la estupidez humana, la estupidez de todas las nacionesa mi país y a su corte de asesinos, cobardes, estupradores y ladrones.
Vamos a celebrar la estupidez del pueblo,la policía y la televisión.
Vamos a celebrar nuestro gobierno y nuestro estado que no es nación, celebrar las juventudes sin escuela, las crianzas muertas.
Celebremos nuestra desunión.
Vamos a celebrar "eros" y "tanatos" "persephone" y "adres".
Vamos a celebrar nuestra tristeza, conmemorando nuestras vanidades.
Vamos conmemoremos como idiotas cada febrero y feriado, todos los muertos en las calles.
Los muertos por falta de hospitales.
Vamos a celebrar nuestra justicia, la ganancia y la difamación.
Vamos a celebrar los preconceptos y el voto de los analfabetos.
Conmemorar el agua sucia y todos los impuestos, quemadas, mentiras y secuestros.
Nuestro castillo de cartas marcadas el trabajo esclavo, el pequeño universo, toda hipocresía y toda afectación, todo robo y toda indiferencia.
Vamos a celebrar las epidemias y la hinchada festejando al campeón.
Vamos a celebrar el hambrey no tener a quien oír y nadie a quien amar, seguir alimentando las maldades.
Vamos a aplastar a un corazón.
Vamos a celebrar nuestra bandera.
Nuestro pasado del absurdo glorioso.
Todo lo gratuito y feo, todo lo que es normal.
Vamos a cantar juntos el himno nacional.
La lagrima verdadera,vamos a celebrar nuestra nostalgia,conmemorando nuestra soledad.
Vamos a festejar la envidia, la intolerancia y la incomprensión.
Vamos festejemos la violencia y olvidemos a nuestra gente que trabajó honestamente la vida entera y ya no tiene mas derecho a nada.
Vamos celebremos la aberración de toda nuestra falta de conciencia, nuestro desprecio por la educación.
Vamos celebremos el horror de todo esto con fiesta velorio y cajón.
Esta todo muerto y enterrado ahora, ya que también podemos celebrar...l a estupidez de quien canto esta canción...
Ven mi corazón esta con prisa.
Si la esperanza esta dispersa, es la verdad que me libera, basta de maldad y de ilusión.
Ven, amar es una puerta abierta.
Va llegando la primavera.
Nuestro futuro recomienza.
Ven que lo que viene es perfección.