septiembre 29, 2008

Autobiografía en dos párrafos

Soy un pasajero en tránsito perpetuo que pelea contra molinos de viento. Lo diré rápidamente: los kilómetros acumulados de viajar hacia mis tres ciudades vitales equivaldría a dar dos vueltas al mundo. Exageré, pero sí son bastantes. Nací a mediados de la década de los setentas en San Juan del Río, Querétaro. Pink Floyd ya había editado “Dark Side of the Moon”, pero de eso pocos sabían ahí. En 1983, por la dinámica capitalista -mi padre fue ascendido- fuimos a vivir a San José Iturbide, Guanajuato. 110 Kms. de distancia que para un niño es un mundo. Mi nuevo hogar era un pueblito en donde a los burros los amarraban frente a la Alcaldía. Ahí peleé por defender a mi hermana, sufrí los horrores de la adolescencia hasta que fue tiempo de ir a la Universidad. Escogí la carrera que mi padre no quiso (Periodismo). Mi nueva ciudad fue Querétaro, en donde estudié, trabajé, enamoré (corazón roto incluido), me emborraché y en la orilla de un río casi seco comprendí que vivir valía la pena.

En 1995, México sufrió una fuerte crisis económica. En lo personal, me impidió conseguir un empleo y ver reducidas mis expectativas de desarrollo profesional. El panorama social y personal era desolador, como corresponde a toda crisis. Estaba por cumplir 20 años y vi mi futuro hipotecado por una clase política ineficiente y corrupta. Eso me hizo replantearme muchos objetivos tanto personales como sociales. Tomé a la crisis como oportunidad y me reinventé, estudié otra carrera (Sociología) y me incorporé a pequeñas empresas periodísticas independientes con la esperanza de apoyar mi grano de arena para cambiar a mi país. En el 2000, con la esperanza de la democracia en el país y un vietnam en mi corazón, laboré para el gobierno municipal de mi pueblo adoptivo. Tres años después, el país probaba el amargo vino del desengaño democrático y mi vietnam ya no era herida latente. De vuelta en Querétaro, tras un bache periodístico televisivo, en 2005 regresé a las aulas universitarias, ahora para estudiar un posgrado en Partidos Políticos. Hoy, dirijo un periódico universitario en un estado donde cada vez es más difícil hacer periodismo; por lo menos en mi espacio lo intentamos cada semana con aciertos y fallas. A trece años de distancia del desastre de 1995, veo que no fue tiempo perdido y espero que desde mi humilde trinchera haya aportado algo para generar un México mejor en el siglo XXI, aunque hoy se asome otra crisis en el horizonte de mi país y el mundo.

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